Denisse Linares trabaja como Jefa de Proyecto del Programa de Sostenibilidad en Derecho, Ambiente y Recursos Naturales (DAR) en Perú. Denisse comparte su trayectoria de aprendizaje y lo que la inspira, junto con la importante labor que DAR realiza en el ámbito de la justicia territorial y medioambiental.
Desde que era muy pequeña, siempre he convivido con naturaleza . Eso es lo primero que se me ocurre al responder a esta pregunta. Más tarde, de adulta, fui más consciente deque todos cumplimos un rol para lo protección de la naturaleza, esto puede parecer obvio, pero al observar los índices de deforestación. Y contaminación, parece que nos hemos olvidado como humanidad de esta relación.
“Creo que serian muchas personas las que me inspiraron e inspiran, como los campesinos que conservan el agua segun los calendarios agricolas, los sabios y sabias que curan en base a plantas medicinales, las historias de luchas por bosques y agua, como pasó en Bagua y Cochabamba.”
He viajado varias veces a comunidades de Perú, en el Amazonas, que tienen unos paisajes muy bonitos. Allí hay pueblos indígenas que viven de forma muy diferente a la gente de las ciudades. Viajé y trabajé en esta región, y estoy muy agradecida por tener este tipo de trabajo.
Una experiencia que tengo fue cuando viajé a la ciudad de Cusco, en Perú, en la región amazónica. Cuando viajé allí, me impresioné mucho: hay que ir en barco durante ocho horas con corrientes muy fuertes.
El viaje hacia Cuzco Amazónico es por Río. Es un río diferente a los ríos del Oriente. Cuando viajan hacia los ríos del Oriente, son bastante tranquilos. Tú puedes dormir y estar tranquila. Pero los viajes hacia Cuzco Amazonía son ríos caudalosos con remolinos que el bote va a ir chancando hacia el agua.
Y yo viajé con algunos dirigentes indígenas que me decían que tenía que tener mucho respeto, porque sí ocurren accidentes. Entonces al llegar a la comunidad noté que estaba bastante, como te digo, no había mucho intercambio con otras poblaciones o con la ciudad por el difícil acceso. Pero estaba tan bien conservado que habían hecho su propio sistema de cuidado del bosque, de residuos.
Entonces ellos me decían que sí necesitaban conectarse con otros pueblos, por ejemplo, a través de una carretera más fluida o pistas de avioneta. Pero también tenían miedo de que esa conexión les traiga otros “males de la ciudad”, porque para ellos son males de la ciudad: delincuencia, actividades ilícitas, violaciones a las mujeres, ese tipo de cosas que ellos no ven en sus comunidades.
Entonces sí, eso me llamaba bastante la atención. Ahora lo sé más, pero te estoy hablando de cuando yo viajé hace cinco años más o menos, seis años. Que no solamente es un mito cuando nos dicen acá en la ciudad que de verdad impactamos a las comunidades, sino que realmente sí lo piensan, sí pasa.
Entonces yo lo comprobé con ellos mismos. Y también hubo una cosa bastante, para mí que me ha quedado bastante, es que me contaron varias historias de cómo ellos llegaron allá. Entonces hay un pueblo, los pueblos en aislamiento voluntario en Cusco, hay otros en otros lados del Perú.
Y uno de ellos me decía que no necesariamente estaban en “aislamiento voluntario” porque ellos habían querido, sino porque a lo largo de su historia han sufrido diferentes ocupaciones. Primero, cuando la invasión española llegó al Perú, tuvieron que retirarse hacia las comunidades más alejadas donde no los encuentren. Y donde te digo que la parte del río más caudaloso que nadie puede entrar, los españoles tampoco pudieron entrar, es lo que ellos nos dicen, y se pudieron esconder.
Luego vinieron los caucheros o la industria del caucho, que acá en Perú fue una desgracia porque esclavizó a los pueblos originarios y también les pasó lo mismo a ellos. Se tuvieron que esconder. Una de esas personas fue la mamá del dirigente que en ese momento hablaba conmigo, que se tuvo que esconder con toda su familia en la profundidad del bosque, pero no quería mantenerse así aislada, entonces hizo que sus hijos salieran hacia la comunidad más cercana que se llamaba Timpía.
El dirigente empezó a estudiar, a aprender a leer, a escribir español, también habla su idioma, Mashiguenga, y luego fue dirigente indígena. Y ahora viene otro tipo de ocupación, la minería, la tala, y siempre están sufriendo ocupaciones. Es una constante que ellos viven y no para.
Actualmente también están viviendo, no con las mismas características, pero sí es algo sistemático. No dejamos de pensar que son territorios desocupados y que solo sirven para extraer recursos. En realidad son territorios ocupados, territorios vivos de los que debemos aprender para mejorar incluso nuestra calidad de vida en la ciudad.
Sí, y es más difícil para los pueblos indígenas. A veces sí hay como momentos de decepción o tristeza, o quizá hay momentos en que nos podemos desanimar por la constante negligencia o intransigencia del gobierno, ¿no? Y lo digo así porque yo tengo poca experiencia en comparación de otras personas, llevo trabajando trabajando ocho años acá en Dar. En todo este tiempo hemos tratado de alguna manera de mejorar algunos tipos de normas, políticas en pro de mejorar la calidad de vida de los pueblos indígenas y de que se conserve y se cuide bien la naturaleza de este lado de la Amazonía.
“Soy trabajadora de la ONG y también soy ciudadano peruano, pero creo que los que están en mayor riesgo son los pueblos indígenas.”
Pero hay una capacidad enorme de las empresas y de otros actores, que generalmente son más enormes porque tienen dinero y tienen poder, que terminan ganando muchas batallas para apropiarse de territorios, intensificar la explotación de algunas zonas, sin tener en cuenta que se está también poniendo en riesgo, no solamente los pueblos indígenas o la Amazonía, sino en general todos los servicios ecosistémicos de los que nos proveemos, en las ciudades también. Entonces, ¿qué me motiva a mantenerme en esta elección de vida, en esta elección de trabajo? Es por un lado la lucha para que se tenga en cuenta que no podemos mantener este sistema, este sistema de extracción y apropiación de recursos naturales y de explotación de derechos. Yo sé que es bastante general y que quizá no lo veamos nosotras, quizá no veamos el cambio.
“Y yo también ahora puedo pensar, quizá yo no vea todos los cambios, pero no podemos quedarnos sin hacer nada y viendo que la vida pasa y todo lo que decimos que está mal se mantenga. Creo que eso sería peor que mantenernos de pie y hacer las cosas bien. No es una cuestión de quién gana y quién pierde, sino más bien de que necesitamos unas mejores condiciones de vida en Latinoamérica.”
Justo tú lo mencionabas, tenemos condiciones de vida en inseguridad, esa inseguridad ha llegado a las comunidades, donde no hay Estado, donde no hay instituciones que los protejan, donde la naturaleza y las mejores condiciones de vida se ha elitizado porque para vivir bien tienes que estar cerca de las personas o los grupos sociales de mayor poder económico. Porque podríamos vivir muy bien en las comunidades, podríamos tener una vida excelente, porque tenemos todas las condiciones ambientales con las que podríamos vivir, pero no. Hay una desatención total por parte del Estado acá en Perú, en las comunidades, que no nos permite tener una vida de calidad.
El agua contaminada, conflictos por tierras, conflictos ambientales, conflictos por el agua, ahora hay actividades ilegales como el narcotráfico que están asediando y acorralando a través de los pueblos indígenas. Entonces esto en algún momento va a afectar a todo el país, y a toda la región se está viendo afectada, pero no nos podemos quedar con los brazos cruzados y viendo que todo eso pase, por lo menos desde mi punto de vista tenemos que aportar a que esa situación se revierta y cambie. Así sea el camino largo.